La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera al sedentarismo como uno de los diez principales riesgos de muerte a nivel mundial. Y es que se ha constatado que la inactividad física, que está aumentando en muchos países, es el cuarto factor de riesgo de mortalidad más importante en el mundo; lo que influye considerablemente en la prevalencia de enfermedades no transmisibles (ENT) y en la salud en general de la población mundial.