Las nuevas sanciones impuestas por EE.UU. a Rusia tendrán "ciertas consecuencias" en la economía del país euroasiático, pero no será un "impacto importante", declaró este jueves a los periodistas el presidente ruso, Vladímir Putin.
Las sanciones contra las dos mayores petroleras rusas, Rosneft y Lukoil, y sus filiales "son de carácter grave y tendrán ciertas consecuencias, pero no tendrán un impacto significativo" en la situación económica del país, afirmó el mandatario.
El presidente ruso recordó que durante su primer mandato, Trump impuso "el mayor número de sanciones" contra Moscú que jamás se había aplicado en su contra hasta entonces. "Hoy en día, [las medidas punitivas] tienen aspectos político y económico", señaló, indicando que buscan "ejercer presión sobre Rusia". No obstante, "ningún país ni pueblo que se respete toma decisiones bajo presión", aseveró.
En este contexto, describió las sanciones como "un acto hostil" que "no fortalece las relaciones entre Rusia y EE.UU., que estaban empezando a mejorar".
Por otro lado, Putin destacó el "el significativo papel" de Rusia y Arabia Saudita en el "equilibrio energético mundial" y advirtió que romperlo sería "una tarea muy ingrata".
En este sentido, dijo que si bien sería "posible" reemplazar "una parte del petróleo y los productos petrolíferos rusos" en el mercado mundial, ello "requeriría mucho tiempo" y "grandes inversiones".
Y dado que actualmente el consumo de recursos energéticos no hace más que aumentar, una "drástica" disminución del crudo ruso haría que los precios se disparen, incluido en las gasolineras, explicó. "Y EE.UU. no sería excepción", añadió.
El miércoles, el Departamento del Tesoro del país norteamericano anunció sanciones contra Rosneft y Lukoil y 34 de sus filiales, como respuesta a la "falta de compromiso serio por parte de Rusia con un proceso de paz para poner fin" al conflicto.