El apellido, Verdugo, le viene al pelo y con eso lo digo todo.
Leo con asombro como felicitan a Graciano García Verdugo, algún alumno suyo, supongo que no será ninguno de los que ha maltratado allá por los 80. Él no era tanto de toquetear y rozarse como su compañero y amigo Joaquín Berruguete, a este le iba más el sado, era más de pasearte toda la clase a ostia limpia, sí, a niños de 10 años ha dejado más de una vez sangrando. No sé que da más, si risa o pena ver sus fotos de ahora con esa pinta de santurrón, como si no hubiera matado una mosca en la vida, moscas no se, pero niños ha "matado" a más de uno.
Parece ser que es cierto y en cualquier momento los fantasmas del pasado se manifiestan y hacen presencia.
¡ Hay que ser valiente hijo de puta ! , por mi parte ahora, recordarte lo que fuiste y por la tuya, eres el principal culpable de que más de uno haya hecho lo imposible para salir de la casa de tortura que fue La Salle Santiago para ellos, dejar incluso los estudios , hijos de padres cobardes que permitían el castigo físico, y para otros, más cobardes aún, que descargaban toda su ira contra el más indefenso, si. tú, Graciano García Verdugo.
La Salle Santiago, era ese colegio, en el que eran algunos profesores los que abusaban de ti, fisicamente unos o con toqueteos otros, incluso hasta que un profesor de taekwondo te bajara los pantalones mientras con la 'chorra' fuera se la tocaba...., con la silenciosa complicidad de los adultos a quien se lo contabas, verdaderos cobardes, más incluso que cualquiera de los cerdos degenerados que habitaba la Salle por aquellos tiempos.
Lo siento mucho VERDUGO, el fantasma de las navidades del pasado ha aterrizado en esta triste ciudad y viene de visita, con cuentas pendientes que aclarar y no se va a callar.